OTRA HISTORIA DE AMOR: MISIÓN SUICIDA

Hoy podía no estar aquí para escribiros.

Podría haber sido el ultimo día de mi vida.

Os sitúo: Garaje con 4 plantas subterráneas. Vehículo eléctrico arde espontáneamente en la planta -4 y las 4 plantas hasta la superficie llenas del humo más tóxico conocido. El humo de una batería de litio.

Imposible ventilar sin saber dónde está el fuego exactamente ante el riesgo de activarlo más.

Llegamos al lugar y me dicen que hay una niña dentro de un vehículo en la planta -4 esperando a su familia mientras que su familia estaba allí al lado, siendo atendida por sanitarios al intentar ir a por ella sin protección respiratoria.

Siempre me dijeron «Cuando no hay nadie que salvar no hay nada que arriesgar» pero hoy sí había que hacerlo. Aquello era una misión suicida. Una misión de riesgo entendido y consentido.

Y no iba a mandar a nadie allí. Iba a ir yo.

Cogí la cuerda de rescate, una cámara térmica y una máscara secundaria, me equipé con la bibotella de aire que aunque es más pesada que llevar una sola botella, te da más autonomía, más tiempo.

Dejé un audio de despedida a mi familia, enganché la cuerda al camión de bomberos y me metí a por ella, dejando un rastro de cuerda a mi paso.

Esto se llama buceo en humo y si te desorientas y se te acaba el aire, mueres. Tenía 30 minutos de aire para encontrarla y a ella dentro del coche probablemente y con mucha suerte, le quedaban 15 minutos.

Solo voy a deciros que recurrí a todo cuanto sé para progresar hasta la planta -4 en 10 minutos y una vez allí, hice un barrido con la cámara hasta ver un punto de calor cuyo contraste encajaba con el de un pequeño cuerpo que se movía en el interior de un coche. No muy lejos de aquel lugar, también estaba el incendio del vehículo eléctrico causante de todo.

Anuncié por radio que la había encontrado. Uno de los momentos más emocionantes de mi vida.

Conecté la cuerda de buceo en humo a su coche, abrí la puerta y sin mediar palabra le puse la máscara de rescate conectada al aire de mi propia botella.

Ahora los dos respirábamos el mismo aire. Mi manómetro indicaba 100 bares. Siendo 2 los que respiran, daba para 5 minutos. Suficiente para salir.

Volví sobre mis pasos siguiendo el rastro de la cuerda. ¿Sabéis que cuando el aire del equipo respiratorio está a punto de agotarse, emite un silbido muy característico para avisarte?

Para nosotros es el silbido de la muerte y si lo oyes más vale que estés en un entorno respirable porque ya no te queda más aire.

Mis compañeros me dijeron que oyeron la señal de mi equipo respiratorio y al poco me vieron aparecer.

En cuanto me vieron, un equipo de extinción bajó siguiendo la misma cuerda de buceo en humo.

Mi nueva amiga me dijo que de mayor, quería ser bombera. Sin duda así será.

De modo que este podría haber sido el último día de mi vida pero ¿sabéis qué? Fue uno de los mejores.

¿CREÉIS EN EL AMOR A PRIMERA VISTA?

Yo sí porque lo he visto incluso en las situaciones más inverosímiles que os podáis imaginar.

Recuerdo una vez que me tocó servicio con un grupo de bomberos novatos aunque no poco decididos.

De todos ellos me llamaba la atención una chica. Daba la impresión de ser ese tipo de personas en quien depositar tu confianza a pesar de conocerla desde hace cuatro ratos, no sé si me explico.

El caso es que pasada la media noche, recibimos una llamada de un accidente de tráfico múltiple con víctimas atrapadas.

Llegamos hasta el lugar y procedimos como siempre; reconocimiento del terreno, estabilización del vehículo y abordaje del habitáculo para estabilizar a la víctima mientras abrimos huecos para la extracción.

La bombera de la que os hablo se ofreció voluntaria para el abordaje, como no podía ser de otro modo.

Su misión, dar soporte vital tanto físico como psicológico y mantener a la víctima con vida hasta que en un entorno adecuado, los servicios sanitarios se hagan cargo del asunto.

No sé qué tipo de lealtad instantánea surgió entre víctima y bombera pero os prometo que desde fuera del vehículo, percibí una conexión inmediata y una complicidad que iba más allá del simple acto de ayudar.

Como os cuento, allí surgió un vínculo profundo aunque con visos de acabar pronto, puesto que él estaba en estado crítico.

Llamamos a un helicóptero pero ni con esas hubo forma de separarlos. Ella se subió con él y durante todo el trayecto le sostuvo la mano hasta que su cuerpo empezó a colapsar. Me contaron que sufrió una primera convulsión y al poco dejó de respirar.

Hay grandes historias de amor que solo duran minutos y otras mediocres que duran medio siglo.

Esta no parece ser ninguna puesto que el tipo se recuperó y a día de hoy siguen juntos.

A veces le pregunto a la bombera por aquello y solo me dice que cuando sus ojos se encontraron, ya no pudieron apartarlos jamás.

Ahora no sabes qué es IFIW / BE-SHAF pero en 20 segundos eso va a cambiar.




La plataforma internacional de instructores de incendios IFIW (International Fire Instructor´s Workshop) está compuesta por científicos y expertos de todo el mundo donde se comparte conocimiento sobre el comportamiento del fuego y la lucha contra incendios.


El objetivo de los bomberos es predecir cómo el incendio va a progresar en los siguientes minutos aplicando el modelo de lectura de incendio BE-SHAF.


– B uilding: Es el contexto en el cual el resto de indicadores interactúan.
– E nvironment: Un incendio cambia radicalmente influido por el viento.
– S moke: El humo es un indicador característico del incendio.
– A ir track: La idea es poner especial atención en aislar el viento de los flujos.
– H eat: El calor es otro indicador característico de un incendio.
– F lames: Las llamas es el indicador más conocido de un incendio.

A VECES LO MÁS TONTO ES LO MÁS PELIGROSO



El monóxido de carbono es un gas tóxico, asfixiante, invisible y rápidamente mortal.


El simple acto de dejar encendido el motor de un automóvil o un generador de combustión en un espacio cerrado es muy peligroso.


El monóxido de carbono, de una densidad parecida a la del aire, se esparce rápidamente por la habitación.


Al ser inhalado ocupa el lugar del oxígeno en la sangre, colocándose sobre la hemoglobina.


La fracción de dosis efectiva (FED) es el producto de la concentración de los gases tóxicos en el aire (en partículas por millón) por el tiempo de inhalación.


Existe una relación estadística entre la supervivencia de una víctima en un recinto de un incendio y la dosis de gases tóxicos inhalada.


Una FED=1 es la fracción de dosis necesaria para que fallezca el 50% de la población.


0,1% de monóxido de carbono en el aire produce la muerte en una hora.


1% en 15 minutos.


10% inmediatamente.

EL FUEGO ESTÁ VIVO Y TIENE CONCIENCIA.


Muchos bomberos novatos me dicen eso, incluso a veces le atribuyen rasgos antropomórficos. Cuentan que el fuego tenía rostro y les sonrió.


La tensión provoca este tipo de ilusiones. Ya solo nos faltaría eso, pero por suerte no es así.


Como ya dije anteriormente, el fuego es un proceso químico y físico fuera de control en un ambiente concreto.


No es un ser vivo consciente de su entorno, no puede elegir desarrollarse de una forma concreta o de otra y está sujeto a las leyes de la naturaleza.


Incluso si los bomberos no hacen nada, el fuego progresará naturalmente y su desarrollo y decaimiento ya está establecido desde el principio.


El objetivo de los bomberos es interrumpir su desarrollo natural, conseguir el control del incendio, rescatar a cualquier víctima y salvar la propiedad.


Para ello los equipos de bomberos realizarán diferentes acciones con el fin de conseguir estos objetivos.


Estas acciones cambiarán el desarrollo del incendio y estos cambios pueden ser positivos o negativos. Pueden mejorar o empeorar la situación.


Por eso es tan importante una correcta lectura del incendio y por eso EL ENTRENAMIENTO NUNCA TERMINA.

¿Y a vosotros? ¿También os sonríe?