A VECES LO MÁS TONTO ES LO MÁS PELIGROSO



El monóxido de carbono es un gas tóxico, asfixiante, invisible y rápidamente mortal.


El simple acto de dejar encendido el motor de un automóvil o un generador de combustión en un espacio cerrado es muy peligroso.


El monóxido de carbono, de una densidad parecida a la del aire, se esparce rápidamente por la habitación.


Al ser inhalado ocupa el lugar del oxígeno en la sangre, colocándose sobre la hemoglobina.


La fracción de dosis efectiva (FED) es el producto de la concentración de los gases tóxicos en el aire (en partículas por millón) por el tiempo de inhalación.


Existe una relación estadística entre la supervivencia de una víctima en un recinto de un incendio y la dosis de gases tóxicos inhalada.


Una FED=1 es la fracción de dosis necesaria para que fallezca el 50% de la población.


0,1% de monóxido de carbono en el aire produce la muerte en una hora.


1% en 15 minutos.


10% inmediatamente.

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