🚨 Incendio en Parking Subterráneo de Madrid: Vehículos Eléctricos Afectados

📅 Fecha: 9 de febrero de 2025
📍 Lugar: Calle Marqués de Urquijo, Madrid

Un incendio en la planta -1 de un parking subterráneo provocó una gran columna de humo que emergió a la superficie, generando alarma entre los vecinos.

🔥 Detalles del incidente:

🚒 Bomberos de Madrid desplegaron 10 dotaciones para sofocar las llamas y enfriar los vehículos.

🩺 Sanitarios del Samur-Protección Civil se desplazaron al lugar, aunque no hubo heridos.
🚧 Policía Municipal cortó la calle para facilitar las labores de emergencia.

Los incendios en vehículos eléctricos han abierto el debate sobre la seguridad en parkings subterráneos. ¿Crees que deberían mejorarse las infraestructuras para prevenir estos incidentes? 🏗️💭

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🔥 INCENDIO EN UN BINGO DE VALENCIA: INTERVENCIÓN DE LOS BOMBEROS 🔥

Anoche, los bomberos lograron extinguir un incendio en un bingo de la calle Pintor Benedito, en València. Afortunadamente, no hubo víctimas y la evacuación se realizó con éxito.

Intervención rápida del cuerpo de bomberos
Evacuación segura de clientes y empleados
Causas aún bajo investigación

👏 Un gran reconocimiento a los profesionales que actuaron con rapidez y evitaron un desastre mayor.

🚒 La prevención y formación son clave en estos casos. ¿Cómo crees que se podría mejorar la seguridad en este tipo de locales? 💭

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HONRA TUS HERRAMIENTAS

-Hola padre. Hoy has llegado pronto a casa. ¿Qué hora es? –dije intentando averiguar que ocultaba entre sus manos mientras lo abrazaba.

-La hora de estar aquí –contestó mi padre.

Ese día aprendí gracias a él que el tiempo tiene dos connotaciones; una cronológica y otra de encuentro. Por todas esas pequeñas cosas, mi padre era muy especial para mí.

-¿Qué traes ahí?

-¿Sabes Carlos? –continuó diciendo- cuando yo era pequeño, mi padre me dijo que no importa aquello a lo que termine dedicándome, pero eso sí, me dijo que fuese el mejor de todos –mi padre miraba al infinito mientras me hablaba, tratando de recordar las palabras exactas que le dijeron años atrás. Hizo una pausa y a continuación prosiguió –. Me dijo… Ángel, si vas a dedicarte a apretar tuercas asegúrate de que las aprietas mejor que nadie. Esto me causó mucha frustración, porque jamás conseguí ser el mejor en lo que finalmente acabé dedicándome. Sin embargo, yo puedo darte un consejo mucho mejor. Un consejo como el que me dio tu abuelo, pero mejorado.

-¿De veras papá?

-Sí.

-¿Y cuál es?

-Quizá no vayas a ser el número uno en aquello a lo que te dediques, pero ten la satisfacción del trabajo digno y bien hecho. Esto para que escribas todo lo que desees -dijo ofreciéndome su pluma estilográfica. Era metálica. Apenas brillaba del tiempo.

-¿Me regalas tu pluma papá? -dije con ojos maravillados.

-Así es.

-Pero es la pluma que usas en el periódico. ¿Qué harás sin ella?

-Es más que eso -gesticuló solemnemente-, el instrumento que un trabajador ha usado durante toda su vida se convierte en algo mucho más importante que una simple herramienta.

-¿En qué se convierte? -pregunté fascinado mientras miraba el objeto.

Mi padre me agarró de la mano y me llevó hacia la ventana.

-¡Fíjate! -exclamó señalando a los transeúntes de la calle.

Un tipo caminaba sin prisa canturreando boleros. En una de sus manos asía lo que parecía ser una vieja caja de madera entreabierta, su caja de herramientas, que balanceaba al ritmo de su lento caminar.

-La caja de herramientas del carpintero, más que un contenedor del utillaje, es su receptáculo moral. Por eso fascina asomarse a su interior. El metro, la escuadra, el lápiz o el cepillo esconden, bajo su dimensión práctica, un deseo de trascendencia. El carpintero va pegado a su caja, como el alma al cuerpo y al abrirla, te abre su espíritu. Por eso se trasmite de padres a hijos. Pero incluso cuando una generación abandona el oficio, la caja de herramientas se pone en un altar, porque guarda en su interior la memoria de la familia. Hay objetos que tienen esa capacidad evocadora y objetos que no. Un amigo mío conserva el juego de compases de su padre, que era arquitecto, como si los círculos que traza con ellos, fuesen mágicos y dentro de cada uno cupiese el universo.

Yo miraba a la calle hechizado ante la nueva perspectiva porque por aquellos años, estaba más que predispuesto a creer en cualquier cosa que contuviese un atisbo de magia, por pequeña que fuese.

-Carlos, hoy te doy mi herramienta de trabajo. Te doy mi espíritu. A ti. Mi único hijo -concluyó depositándola entre mis dedos que la recibieron como si de un tesoro valioso se tratase. Al menos para mí lo era. Aún lo es. El latón del que estaba fabricada, mantenía la tibieza del contacto con su piel. La observé con ojos luminosos. Temía que si parpadeaba la visión se esfumaría.

OTRA HISTORIA DE AMOR: MISIÓN SUICIDA

Hoy podía no estar aquí para escribiros.

Podría haber sido el ultimo día de mi vida.

Os sitúo: Garaje con 4 plantas subterráneas. Vehículo eléctrico arde espontáneamente en la planta -4 y las 4 plantas hasta la superficie llenas del humo más tóxico conocido. El humo de una batería de litio.

Imposible ventilar sin saber dónde está el fuego exactamente ante el riesgo de activarlo más.

Llegamos al lugar y me dicen que hay una niña dentro de un vehículo en la planta -4 esperando a su familia mientras que su familia estaba allí al lado, siendo atendida por sanitarios al intentar ir a por ella sin protección respiratoria.

Siempre me dijeron «Cuando no hay nadie que salvar no hay nada que arriesgar» pero hoy sí había que hacerlo. Aquello era una misión suicida. Una misión de riesgo entendido y consentido.

Y no iba a mandar a nadie allí. Iba a ir yo.

Cogí la cuerda de rescate, una cámara térmica y una máscara secundaria, me equipé con la bibotella de aire que aunque es más pesada que llevar una sola botella, te da más autonomía, más tiempo.

Dejé un audio de despedida a mi familia, enganché la cuerda al camión de bomberos y me metí a por ella, dejando un rastro de cuerda a mi paso.

Esto se llama buceo en humo y si te desorientas y se te acaba el aire, mueres. Tenía 30 minutos de aire para encontrarla y a ella dentro del coche probablemente y con mucha suerte, le quedaban 15 minutos.

Solo voy a deciros que recurrí a todo cuanto sé para progresar hasta la planta -4 en 10 minutos y una vez allí, hice un barrido con la cámara hasta ver un punto de calor cuyo contraste encajaba con el de un pequeño cuerpo que se movía en el interior de un coche. No muy lejos de aquel lugar, también estaba el incendio del vehículo eléctrico causante de todo.

Anuncié por radio que la había encontrado. Uno de los momentos más emocionantes de mi vida.

Conecté la cuerda de buceo en humo a su coche, abrí la puerta y sin mediar palabra le puse la máscara de rescate conectada al aire de mi propia botella.

Ahora los dos respirábamos el mismo aire. Mi manómetro indicaba 100 bares. Siendo 2 los que respiran, daba para 5 minutos. Suficiente para salir.

Volví sobre mis pasos siguiendo el rastro de la cuerda. ¿Sabéis que cuando el aire del equipo respiratorio está a punto de agotarse, emite un silbido muy característico para avisarte?

Para nosotros es el silbido de la muerte y si lo oyes más vale que estés en un entorno respirable porque ya no te queda más aire.

Mis compañeros me dijeron que oyeron la señal de mi equipo respiratorio y al poco me vieron aparecer.

En cuanto me vieron, un equipo de extinción bajó siguiendo la misma cuerda de buceo en humo.

Mi nueva amiga me dijo que de mayor, quería ser bombera. Sin duda así será.

De modo que este podría haber sido el último día de mi vida pero ¿sabéis qué? Fue uno de los mejores.

¿CREÉIS EN EL AMOR A PRIMERA VISTA?

Yo sí porque lo he visto incluso en las situaciones más inverosímiles que os podáis imaginar.

Recuerdo una vez que me tocó servicio con un grupo de bomberos novatos aunque no poco decididos.

De todos ellos me llamaba la atención una chica. Daba la impresión de ser ese tipo de personas en quien depositar tu confianza a pesar de conocerla desde hace cuatro ratos, no sé si me explico.

El caso es que pasada la media noche, recibimos una llamada de un accidente de tráfico múltiple con víctimas atrapadas.

Llegamos hasta el lugar y procedimos como siempre; reconocimiento del terreno, estabilización del vehículo y abordaje del habitáculo para estabilizar a la víctima mientras abrimos huecos para la extracción.

La bombera de la que os hablo se ofreció voluntaria para el abordaje, como no podía ser de otro modo.

Su misión, dar soporte vital tanto físico como psicológico y mantener a la víctima con vida hasta que en un entorno adecuado, los servicios sanitarios se hagan cargo del asunto.

No sé qué tipo de lealtad instantánea surgió entre víctima y bombera pero os prometo que desde fuera del vehículo, percibí una conexión inmediata y una complicidad que iba más allá del simple acto de ayudar.

Como os cuento, allí surgió un vínculo profundo aunque con visos de acabar pronto, puesto que él estaba en estado crítico.

Llamamos a un helicóptero pero ni con esas hubo forma de separarlos. Ella se subió con él y durante todo el trayecto le sostuvo la mano hasta que su cuerpo empezó a colapsar. Me contaron que sufrió una primera convulsión y al poco dejó de respirar.

Hay grandes historias de amor que solo duran minutos y otras mediocres que duran medio siglo.

Esta no parece ser ninguna puesto que el tipo se recuperó y a día de hoy siguen juntos.

A veces le pregunto a la bombera por aquello y solo me dice que cuando sus ojos se encontraron, ya no pudieron apartarlos jamás.